EFE.- Decenas de personas se manifestaron la pasada noche en Brooklyn Center, un barrio de la ciudad de Minneapolis, tras conocerse la muerte de un conductor afroamericano a manos de un policía, informaron medios locales.
Las protestas, que la Policía de Minnesota trató de dispersar usando botes de humo, se produjeron a apenas unos 16 kilómetros del centro de la ciudad, donde un exagente está siendo juzgado tras ser acusado del asesinato del afroamericano George Floyd hace un año.
La muerte de Floyd generó una ola de protestas en varios puntos de Estados Unidos contra la violencia policial que se prolongó durante meses.
El hombre que murió este fin de semana en Minneapolis fue identificado por sus conocidos y familiares como Daunte Wright, de 20 años edad, según medios locales.
Los disturbios por su fallecimiento se iniciaron la noche del domingo, cuando se oyeron fuertes explosiones y se vieron columnas de humo alrededor de la sede del Departamento de Policía de Brooklyn Center, donde se habían concentrado numerosas personas.
Aunque la protesta se inició de una forma pacífica, la policía pidió a los reunidos que se dispersaran, algo que no hicieron, por lo que se procedió a tratar de disolver a los reunidos.
El gobernador del estado de Minnesota, Tim Walz, dijo en su cuenta de Twitter que seguía de cerca “la situación en Brooklyn Center” y que “lamenta la pérdida de la vida de otro hombre afroamericano a manos de la policía”.
Al parecer, los agentes detuvieron a un conductor por una infracción de tráfico y determinaron que tenía una orden judicial pendiente, dijo el Departamento de Policía de Brooklyn Center en un comunicado.
Los oficiales intentaron arrestar al conductor, pero “volvió a entrar al vehículo”, según la Policía.
“Un oficial disparó su arma de fuego, como advertencia al conductor. El vehículo luego viajó varias manzanas antes de chocar contra otro vehículo (…) El joven murió en el lugar del accidente”, detalló el comunicado.
Floyd perdió la vida en Minneapolis en mayo del 2020 cuando cuatro agentes intentaron detenerlo por presuntamente haber utilizado un billete falso para pagar en una tienda. Durante su arresto, el agente Derek Chauvin lo inmovilizó en el suelo presionando la rodilla contra su cuello hasta que dejó de respirar.
El expolicía está acusado de los cargos de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
