"Me habían advertido que durante el proceso electoral, los grupos políticos y candidatos con los que no simpatices, harán todo para manchar tu imagen y tu credibilidad".
Por: Melissa Dominguez
Directora y fundadora del periódico digital La Prensa
La Paz, Baja California Sur.- Mi nombre es Melissa Domínguez, tengo 26 años y soy reportera y editora desde 2014. Mi primera cobertura de proceso electoral local fue sumamente fuerte y traumática para mi; en ese entonces yo trabajaba con un medio de comunicación que se dedicaba principalmente a las notas políticas de golpe, yo era la única reportera y por tanto, tenía que cubrir mucha demanda de información y largas horas de trabajo, yo era quien escribía básicamente todas las notas que salían.
Mi jefe, me había advertido que durante el proceso electoral, los grupos políticos y candidatos con los que no simpatices, harán todo para manchar tu imagen y tu credibilidad; yo me sentía tranquila, pues creí que ellos no tenían armas para atacarme; sin embargo, no esperé que al no encontrar nada para mancharte, te lo iban a inventar.
Derivado de la cobertura de un candidato y los fuertes cuestionamientos que le realizamos a través de entrevistas y transmisiones en vivo, tuve que soportar que su equipo, por órdenes de él, filtraran videos en donde aseguraban que yo cobraba grandes cantidades de dinero, que era cónyuge de un personaje político de oposición y que tenía un hijo con él, cosas que para nada son ciertas, pero al ser mujer, es con lo que te amedrentan: vida sentimental e hijos.
No paramos los cuestionamientos, por el contrario, cada vez se generaba más y más información negativa del candidato, pero como no frenamos nuestro trabajo, las mentiras y amenazas se hicieron cada vez más fuertes. No había día en que no recibiera un correo electrónico o un mensaje vía redes sociales, enviados desde perfiles falsos pidiéndome que “le parara” o que iba a “amanecer embolsada”, hasta que los mensajes se convirtieron en llamadas a mi número personal; las ignoramos y seguimos trabajando.
Días antes de las elecciones, salgo de mi casa con rumbo al trabajo y, antes de tomar mi transporte, veo al rededor de mi patio, en la calle y en toda la cuadra, notas impresas del candidato que yo había escrito, en el suelo, por toda la banqueta de mi vecindario, supe que sabían mi ubicación, que merodeaban mi casa y fue la gota que derramó el vaso.
Tuvimos que proceder con una denuncia penal ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, y posterior a esto, se nos brindó un mecanismo de protección por parte de la SEGOB a través de la asociación Artículo 19, para poder desenvolver la cobertura durante la contienda electoral; no obstante a que estábamos protegidos, nos vimos en la necesidad de rentar un automóvil que no estuviera rotulado, para que el grupo político que nos atacaba no nos “tuviera ubicados”, el miedo estuvo siempre presente.
Pasó la contienda, “se calmaron las aguas”, nunca pudimos comprobar quienes nos amenazaron aunque lo sabíamos, siempre se resguardaron tras perfiles y números falsos. Hoy trabajo para mi propio medio, también salgo a reportear sola. Vienen las elecciones de 2021 y el sólo hecho de recordarlo me pone la piel de gallina, veremos qué nos depara esta contienda.
