En el noroeste de México en la península de Baja California específicamente en el municipio de La Paz, B.C.S. Se realizan los llamados “cuchillos del desierto”, obras de arte hechos totalmente con materiales reciclados.
Enclavados en la Sierra la Giganta y establecida en un pequeño humedal rodeada por cientos de kilómetros de montaña, la comunidad de las Ánimas es el hogar de los rancheros y herreros que convierten partes viejas de automóviles y cualquier metal en extraordinarias artesanías, como machetes, navajas, dagas y cuchillos, todo forjado al calor de las brazas y golpes de marro.
Don Adán es uno de los herreros más prestigiados de la zona, desde la corta edad de diez años se inició en la actividad ayudándole a su padre que a su vez aprendió de su abuelo y así sucesivamente.
Aun que son capases de forjar un cuchillo con casi cualquier metal, los resortes y muelles de la suspensión de carros viejos es lo que más se utiliza, aplicando la fuerza, calor y conocimiento exacto crean verdaderas obras de arte que además de bellas, son efectivas herramientas.
Don Andan forja de tres a cuatro cuchillos por jornada, según la complejidad de los acabados, en ocasiones un cuchillo fino como ellos le llaman, es decir, con mayor calidad de terminados artesanales puede llevarse hasta un día de trabajo.
La técnica para su realización recae en aplicar calor al metal con carbón al rojo vivo y dar forma con estratégicos golpes de marro, basado totalmente en la practica es decir haber realizado miles de estas piezas.
Edgar, de 13 años es el hijo mayor de Don Adán quien sigue sus pasos en la elaboración de los cuchillos, Por el momento se encarga de la parte de la talabartería, es decir realiza las fundas de los cuchillos y aprende con entusiasmo, espera algún día poder forjar el metal como su padre.
Esta actividad económica les ha dado la oportunidad de sobrevivir en condiciones desérticas ya que la ganadería solo se puede realizar de manera rentable en época de lluvias unos pocos meses al año debido a que el agua y alimento del ganado escasea. Así mismo la producción de los cuchillos ayuda a la conservación de la flora silvestre debido a que las familias no tienen que explotar las maderas de los arboles de la sierra para sostener sus hogares.
Según datos de la Comisión Nacional Forestal en BCS se estima que aun existen alrededor de veinte herreros de la sierra la giganta que mantienen viva esta tradición.
Los cuchillos y otras artesanías se comercializan en mercados de las comunidades cercanas y ciudades como la Paz, donde según las características de la pieza los precios oscilan entre cien y dos mil pesos, por su calidad es común poderlos ver en los hogares de los sudcalifornianos.